Lecciones aprendidas al viajar

Crecí en una familia que creía firmemente en el mantra “trabaja duro, juega duro”. Viajar fue nuestra recompensa por soportar la rutina diaria de 9 a 5. Trajo equilibrio a nuestras vidas. La importancia de explorar el mundo me fue inculcada desde una edad temprana y me ayudó a moldear mi estilo de vida, mis valores y mi ética laboral actual.

Fui a la universidad inmediatamente después de la secundaria como se esperaba de mí, pero hice arreglos con mis profesores para poder viajar durante meses entre semestres. Hice los exámenes temprano, me cargué con mis cursos y prácticamente viví en la escuela durante tres meses para poder disfrutar los siguientes tres meses en el extranjero. Hice de los viajes parte de mi experiencia educativa.

Cosas que no se aprenden en un libro de texto

Lección #1 - Adaptabilidad

Viajar puede ser impredecible, incontrolable y muchas veces incómodo. A veces no hay solución, pero aprendes a adaptar tus acciones Y reacciones a la situación.

Después de años de experiencia de viajes y en contra de todo buen juicio, bebí el agua. Después de un día de vagar a través de un dosel que alberga a cientos de monos aulladores para llegar a las costas de la isla de Ometepe en Nicaragua, fui víctima del encanto de los cubitos de hielo contaminados en la limonada.

No me di cuenta hasta que estuve en un desvencijado barco de regreso al continente al día siguiente. Sabía que no llegaría a mi próximo destino en Costa Rica, así que cancelé todos los planes y rápidamente pregunté por el lugar más cómodo para pasar los próximos días recuperándome. Dio la casualidad de que estaba de regreso en la isla. Encontré un barco con asientos (y un baño) y finalmente regresé al lugar donde empezó todo. La parte más difícil fue aprender a aceptar el cambio y lo que se siente como un fracaso o una decepción por perderse los planes. Adaptar su mente para aceptar y sacar lo mejor de una mala situación es una herramienta poderosa que puede trasladarse a la vida empresarial y familiar.

Lección n.° 2: No bebas agua contaminada

Lo admito, podría haberlo aprendido en un libro de texto.

Lección #3 - Ingenio

Una de las mejores formas de entrenarse para pensar de forma innovadora es viajar. Aprendes a vivir con lo que puedes llevar y confías en tu instinto. También aprendes que son tu mejor recurso.

Me encontré con ganas de viajar, pero no tenía dinero para hacerlo. Miré alrededor de mi apartamento en Halifax, Nueva Escocia, y tomé fotografías de las cosas sin las que podría vivir. Terminé enumerando todo excepto mis fotografías y mi computadora portátil. Eso todavía no era suficiente para financiar mi sueño, así que investigué oportunidades de voluntariado para complementar mi alojamiento y comida a cambio de mi tiempo.

Cada pequeño ingenio cuenta. Tomemos, por ejemplo, empacar solo artículos versátiles y necesarios. En lugar de llevar equipaje y pagar tarifas de equipaje, pude llevar un equipaje de mano y detergente en polvo. Cuando estamos en casa, nos acostumbramos a los pequeños lujos como nuestros productos de belleza o la tecnología, pero cuando viajas te das cuenta rápidamente de que la experiencia puede ser más valiosa que la posesión.

Aprendí a dormir en aviones y autobuses nocturnos, lo que me ahorró el costo del hotel, y aprendí a abrirme a los lugareños para pedir direcciones y recomendaciones en lugar de agotar mi plan de datos. Siempre hay una alternativa, sólo tienes que detenerte y considerarla.

Lección #4 - Conciencia

Nos volvemos complacientes cuando dejamos de desafiarnos a nosotros mismos. Qué mejor manera de desafiar nuestra mente y nuestro cuerpo que viajar.

Tuve la experiencia de entrevista más interesante en Hawaii. Pasé una hora con un potencial nuevo cliente y, justo antes de terminar la inquisición, me pidió que me dibujara la letra E en la frente. Me tomé una fracción de segundo para reflexionar: ¿se refiere a 'E' mayúscula o 'e' minúscula? Pero seguí mi instinto. E mayúscula y lo tracé en mi frente mientras estaba frente a él.

Me contrató en el acto basándose en dibujar la E en la dirección que la convertía en una E adecuada para él y una E al revés para mí. Dijo que ese era el tipo de conciencia que necesitaba aportar a su marketing.

La conciencia se aprende con el tiempo, y puedo decir con confianza que mis viajes (de mochilero y viajes de lujo) me han ayudado a desarrollar un fuerte sentido de micro y macro conciencia. Es una habilidad para la vida que puede salvarle la vida o puede llevarlo a la tienda de té escondida más increíble de Shanghai. Junto con el instinto y la adaptabilidad, puedes salir de cualquier situación con MacGyver, o mejor aún, evitar involucrarte en ella en primer lugar.

Dos encuentros memorables

En una estación de tren en Bolivia, conocí a dos realizadores de documentales que tomaron un semestre de matrícula para responder la pregunta: ¿se aprende más en un semestre de escuela o en un semestre de viaje al extranjero? Creo que aprendes lecciones diferentes en la escuela que explorando el mundo.

En el vestíbulo de un albergue en Baños, Ecuador, conocí a una madre soltera que llevó a sus dos hijos pequeños de la escuela primaria a viajar por Sudamérica en autobús y en un albergue durante un año. Hizo arreglos con el director de la escuela, quien estaba 100% a favor de la idea, para que sus hijos pasaran el año aprendiendo sobre el mundo y reanudarían la escuela el año siguiente.

Dijo que sus hijos se hicieron más amigos y desarrollaron un amor por la lectura, las diferentes comidas y el lenguaje. Mi hermana y yo también crecimos viajando juntas. Nuestras vidas han tomado caminos diferentes cuando somos adultos, pero las vacaciones familiares siempre nos volverán a unir, sin importar la edad que tengamos o lo lejos que vivamos.

Eso me deja con la Lección #5: El valor de la familia

Ellos te acompañan en tus viajes o son ellos quienes escuchan tus historias a tu regreso. La familia te ayuda a encontrar el camino de regreso a casa.

Créditos de las fotos: Mari Suyama